Sí, es mi tía que al igual que mi madre más mis primas, mi hermana, mi padre, dos tíos y seguro que me dejo alguno o alguna, forman parte de mi herencia emprendedora, y sólo por el lado de la familia de mi madre, otro día tendré tiempo para el otro lado.
Y sí, después de 40 años y con las ganas intactas, le han otorgado un premio de la Asociación de Empresaria de Miranda y su Comarca (ADEME) le ha concedido nada más y nada menos que el premio a la “Excelencia Empresarial”. Pero como bien dice mi tía, el premio es haber estado abiertos 40 años. Y esto no se consigue con Lean Startup, Canvas, Árbol estratégico o Métodos AGIL, etc… Se consigue dejándote el alma en cada cliente, y esto también lo dice mi tía Mati.
Últimamente cuando veo en la tele, leo en prensa o “favoriteo” en las redes sociales cursos para crear tu empresa en un fin de semana, para validar tu modelo de negocio en 24 horas o los famosos concursos de Elevator Pitch. Me digo, yo no quiero eso, yo no quiero tener que contarle a alguien mi negocio en 3 minutos, es más, no quiero invertir en alguien que me cuente su negocio en 3 minutos pero tampoco quiero que alguien decida invertir en mi negocio 3 minutos, ni siquiera quiero entrar a comprar en un sitio donde me vendan en 3 minutos, sea virtual o físico. Yo quiero a alguien como mi tía, que me trate como una persona, como un alma, que me haga sentir diferente, así que si no tienes un cuarto de hora para mí, olvídame. Creo que es un peligro poner la metodología o método como el Fin y no como el Medio. Creo que primero fue el Fast Food, luego el Fast travel y Fast Job y ahora el Fast Entrepreneur. Si vas a emprender, mejor que hables con micros y pequeños empresarios y empresarias que llevan 40 años, aprenderás unas cuantas lecciones. A mí me quedan muchas por aprender, para empezar sonreir cada mañana como lo hace mi tía.
5 frases que dice mi tía en las entrevista que ha concedido:
- “Vendes ilusión y sonrisas”
- Cada venta lleva una historia detrás, algunas son muy bellas u originales, otras tiernas o emotivas, alguna «más rocambolesca», pero todas especiales. Cuando le piden que recuerde una, cuenta cómo, por ejemplo, «el otro día vendí un anillo de pedida a un chico y se lo llevó en la mochila hasta Vietnam para dárselo allí a su novia. Me pareció maravilloso», sonríe.
- Cree que «si tú te entregas, la gente al final, se da cuenta de que pones el corazón y te lo termina agradeciendo»
- Y es que para ella, la gente y el público son «mi pasión», y por eso considera que ha tenido «la suerte de poder dedicarme a algo que me gusta e intentar hacerlo lo mejor posible», aunque admite que sólo se consigue «poniendo el corazón».
- Afirma desconocer el secreto para cumplir más de cuarenta años de éxito empresarial, «pero puedo decirte que yo doy el alma, me dejo la piel con cada cliente, porque para mí es tan importante una persona que viene a comprar una correa de 6 euros, como alguien que quiera comprar un reloj de oro de 3.000», explica. «Las personas son mi debilidad y me entrego al cien por cien con cada cliente que pasa por esa puerta».
Gracias a mis chicas, las Solana Raya por enseñarme a emprender.
Entrevistas de El Correo “Yo doy el alma, y me dejo la piel por cada cliente” y de El DB “El alma del emprendimiento”